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La lucha contra la corrupción
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Orden: mercantil
Fecha última revisión: 31/12/2020
Existe una amplia variedad de definiciones sobre corrupción según desde qué ámbito se enfoque. Así, la corrupción es, ante todo, un intercambio, ya que se basa en la interacción entre dos o más personas, entre las que una inicia o induce a un acto corrupto y otra lo acepta. Es una violación de las normas, es decir, es un comportamiento inmoral que contraviene las normas legales y los valores morales. Supone un abuso de poder, en donde los agentes corruptos utilizan su posición de poder y la autoridad conferida para su propio beneficio. En ella no existen víctimas directas, sino que las víctimas son los que están fuera de la relación de corrupción. Otra característica de la corrupción es el secretismo. Aquellos que participan en la corrupción confluyen en una comunidad íntima, cerrada y oculta en la cual acuerdan, de forma secreta, los objetivos y ventajas ilegales e inmorales de sus relaciones de intercambio. |
Podemos concluir que la corrupción es el abuso de una posición de confianza para la obtención de un beneficio deshonesto. Corrupción es la acción y efecto de dar o recibir algo de valor para que alguien haga (o deje de hacer) algo, burlando una regla formal o implícita acerca de lo que se debe hacer, en beneficio del que da ese algo de valor o de un tercero.
Los más habituales se producen en el sector público, como el pago a un político para la adjudicación de una concesión pública, pero también se producen en el sector privado. Así, podemos diferenciar tres tipos de corrupción: política, funcionarial y privada.
Las políticas se producen cuando se paga a un político o partido político para conseguir un beneficio. De esta forma, el objetivo de la política deja de ser el bien común, invirtiéndose el orden democrático, y se convierte en la lucha por el enriquecimiento y el poder de los poderosos.
La funcionarial persigue que las autoridades públicas realicen, a cambio de una dádiva, actos injustos o no realicen los actos debidos. Esto influye en el comercio internacional al distorsionar la libre concurrencia en las concesiones públicas.
En la privada, el corrompido es un trabajador o directivo que recibe dádivas de una empresa que quiere mantener relaciones con la empresa a la que sirve el trabajador.
La corrupción puede presentar diversas formas. Así, puede tratarse de un soborno (cuando la iniciativa la toma quien efectúa el pago), extorsión (cuando la iniciativa la toma quien efectúa el pago), abuso de pagos, regalos y favores (más difícil de apreciar por ser muy difusa la línea que separa los regalos hechos para mejorar las relaciones de empresa de aquellos que buscan otra intención más deshonesta), abuso de patrocinio (hacer una actividad pública financiada por la empresa para favorecer a sus empleados o directivos), contribuciones políticas dudosas (financiar a una persona o partido político a cambio de un favor o prestación), fraude, malversación o desfalco (es el aprovechamiento de una situación con el fin de obtener un beneficio personal causando repercusiones negativas para los demás empleados, los directivos o la propia empresa), lavado de dinero (es el proceso de ocultar y/o disimular el origen ilegal de ingresos obtenidos por medios ilícitos para convertirlos en “capital legítimo” de una empresa), nepotismo o favoritismo (usar el poder de un cargo para obtener beneficiar a un amigo), manipulación de la información (uso incorrecto y desleal de la información privilegiada).
(Ver el siguiente comentario: "Delitos de corrupción en los negocios".)
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