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Caso práctico: Aplicación de la reducción en IRPF si se hacen efectivos los derechos consolidados de un plan de pensiones por enfermedad grave del cónyuge
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Orden: fiscal
Fecha última revisión: 2024-03-20 00:00:00
La aplicación de la reducción del 40 % en el IRPF para prestaciones de planes de pensiones por enfermedad grave del cónyuge es posible bajo el cumplimiento de los requisitos establecidos en la disposición transitoria duodécima de la LIRPF y la normativa de planes de pensiones.
PLANTEAMIENTO
El partícipe de un plan de pensiones con aportaciones anteriores a 2007 hace efectivos sus derechos consolidados por enfermedad grave de su cónyuge, en forma de capital, a fin de afrontar los gastos necesarios para su cuidado. El plan de pensiones contempla expresamente esta posibilidad y concurren los requisitos necesarios para ello.
¿Puede aplicar en el IRPF la reducción del 40 % conforme al régimen transitorio previsto en la disposición transitoria duodécima de la
RESPUESTA
De cumplirse los requisitos para la liquidez excepcional del plan de pensiones por enfermedad grave, si la prestación se percibe en forma de capital, podrá aplicarse la reducción del 40 % a la parte que corresponda a aportaciones realizadas hasta el 31 de diciembre de 2006, siempre que hayan pasado más de dos años entre la primera aportación y la fecha de la contingencia, y que se perciba en el plazo que señala la disposición transitoria duodécima de la
Los artículos 8.8 del
En concreto, para los casos de enfermedad grave, el artículo 9.2 del
«2. Las especificaciones de planes de pensiones podrán prever la facultad del partícipe de hacer efectivos sus derechos consolidados en el caso de que se vea afectado por una enfermedad grave bien su cónyuge, bien alguno de los ascendientes o descendientes de aquéllos en primer grado o persona que, en régimen de tutela o acogimiento, conviva con el partícipe o de él dependa.
Se considera enfermedad grave a estos efectos, siempre que pueda acreditarse mediante certificado médico de los servicios competentes de las entidades sanitarias de la Seguridad Social o entidades concertadas que atiendan al afectado:
a) Cualquier dolencia o lesión que incapacite temporalmente para la ocupación o actividad habitual de la persona durante un período continuado mínimo de tres meses, y que requiera intervención clínica de cirugía mayor o tratamiento en un centro hospitalario.
b) Cualquier dolencia o lesión con secuelas permanentes que limiten parcialmente o impidan totalmente la ocupación o actividad habitual de la persona afectada, o la incapaciten para la realización de cualquier ocupación o actividad, requiera o no, en este caso, asistencia de otras personas para las actividades más esenciales de la vida humana.
Los supuestos anteriores se reputarán enfermedad grave en tanto no den lugar a la percepción por el partícipe de una prestación por incapacidad permanente en cualquiera de sus grados, conforme al régimen de la Seguridad Social, y siempre que supongan para el partícipe una disminución de su renta disponible por aumento de gastos o reducción de sus ingresos».
Así las cosas, el partícipe del plan de pensiones podrá hacer efectivos sus derechos consolidados por enfermedad grave del cónyuge, siempre que así lo permitan las especificaciones de su plan de pensiones y que concurran las condiciones que se indican en dicho precepto; y las cantidades que se perciban del plan de pensiones en dichos supuestos recibirán el mismo tratamiento fiscal que las prestaciones de los planes de pensiones. Es decir, tributarán en el IRPF del perceptor, con la consideración de rendimientos del trabajo [artículo 17.2.a).3.ª de la LIRPF].
Por lo demás, y dado que en el plan de pensiones existían aportaciones anteriores a 2007, conviene tener en cuenta que el apartado 2 de la disposición transitoria duodécima de la
En la redacción vigente a 31 de diciembre de 2006, el artículo 17.2.b) del texto refundido de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, aprobado por Real Decreto Legislativo 3/2004, de 5 de marzo, permitía aplicar un 40 % de reducción en el caso de las prestaciones establecidas en el artículo 16.2.a) de la norma, excluidas las previstas en el apartado 5.º, que se percibiesen en forma de capital, siempre que hubieran transcurrido más de dos años desde la primera aportación, aunque el plazo de dos años no se exigía en el caso de prestaciones por invalidez.
Por lo tanto, si la prestación del plan de pensiones se percibe en forma de capital, podrá aplicarse la reducción del 40 % a la parte que corresponda a aportaciones realizadas hasta el 31 de diciembre de 2006, siempre que hayan pasado más de dos años entre la primera aportación y la fecha de la contingencia, y que se perciba en el plazo que señala la disposición transitoria duodécima de la
Finalmente, y dado que la reducción del 40 % solo podrá aplicarse a las prestaciones percibidas en el ejercicio en el que acaezca la contingencia, o en los dos ejercicios siguientes, hay que puntualizar que, a estos efectos, el supuesto excepcional de liquidez del plan de pensiones por enfermedad grave debe entenderse producido en el momento del cumplimiento de los requisitos que la normativa sobre planes de pensiones exige para hacer efectivos los derechos consolidados [