Sentencia Penal Nº 40, Audiencia Provincial de A Coruña, Rec 14 de 23 de Marzo de 2001

Revisado nuevamente el caso en esta segunda instancia, no apreciamos motivos suficientes para, alterando la valoración del juzgador de instancia, llegar a un convencimiento pleno de que el acusado cometiera el delito contra la seguridad del tráfico del art. 379 del Código Penal y, más exactamente, de que hubiera conducido con sus facultades clara y relevantemente afectadas por las bebidas alcohólicas que había ingerido previamente. Pero las pruebas han de valorarse en su conjunto, como se ha hecho en la sentencia apelada, donde se destaca que la mayoría de los signos externos del sujeto eran de plena normalidad; es más, incluso se dice en la sentencia que "los dos agentes de la Policía Local que elaboraron el atestado coinciden en afirmar que los signos externos eran de muy escasa entidad", resultando verdaderamente como único aspecto desfavorable el olor a alcohol en el aliento. Ya sabemos que, por tratarse de un delito de peligro abstracto, basta conducir bajo la influencia alcohólica, aunque no se produzca accidente ni otras infracciones reglamentarias, pero si no hubo accidente o éste no fue de su culpa, no puede extraerse elemento probatorio o indiciario de cargo de estas situaciones. Por todo ello y por lo demás razonado en la sentencia apelada, procede la desestimación del recurso, sin perjuicio de responsabilidades administrativas, respecto de lo cual ya se acordó en la sentencia del Juzgado de lo Penal lo necesario. Se desestima el recurso.