Sentencia Civil Nº 20, Audiencia Provincial de Pontevedra, Rec 2318/97 de 20 de Enero de 1998

El renovado examen de la prueba que la segunda instancia opone lleva a la misma conclusión ya sentada por el juzgador de instancia. Aunque, como el recurrente pretende, no se valorasen en su demérito las circunstancias de haber ocultado en la demanda la existencia de otros daños sufridos previamente por el turismo al perder el control como consecuencia del estado de la calzada, y que el presupuesto ha sido elaborado por él mismo como dueño del taller todo lo cual comportaría una buena dosis de benevolencia por parte del tribunal es lo cierto que los demás elementos de prueba obrantes en los autos llevan a entender que los daños sufridos por el vehículo como consecuencia de haber colisionado contra él el turismo conducido por el demandado, no podían haber alcanzado las consecuencias tan gravosas que refiere el presupuesto; en el mejor de los casos, suscitaría muy fundadas reservas, tantas que obstarían a extender la condena más allá de los mínimos que pueden tenerse por seguros. Si el demandado cuenta con un testigo, pues Manuel  apenas puede dar razón exacta de los hechos que importan a los daños provenientes de la colisión que afirma a consecuencia de la colisión resultó con daños evidentes y de consideración en parte frontal, tal testimonio queda neutralizado por las contundentes afirmaciones de los que declararon a instancia del demandado; (que circulaba detrás del demandado) afirma que el mercedes estaba completamente destrozado como consecuencia de su anterior percance y que los daños causados por el Renault eran mínimos; por su parte, el conductor de la grúa, además de reconocer también en los múltiples daños en diversas partes del Mercedes (cristales rotos, techo, parte trasera y delantera) alcanza a detallar la situación de los vehículos y la levedad y concreción de los daños. Se desestima el recurso.