Sentencia Civil Nº 12, Audiencia Provincial de A Coruña, Rec 362 de 01 de Febrero de 2000

La reparación indemnizatoria que deriva de la observancia del art. 1.101 CC viene condicionada a una doble contingencia, como tiene proclamado una constante y reiterada jurisprudencia (STS 29/9/1994 y 9/4/1996, entre otras) la probanza de los daños y perjuicios, cuya existencia y prueba es cuestión de hecho y la atribución de su comisión a un quehacer doloso, negligente o moroso, es decir, a una conducta culposa entendida en sentido amplio. En este orden de cosas lo cierto es que la demandante no acreditó la existencia de los daños causados en la nave arrendada.Esta redacción indica que la nave presentaba serias deficiencias, y no es sostenible, sin un apoyo suficiente de prueba, la afirmación unilateral de que los daños que se apreciaron en el momento de practicar la prueba pericial, se limitaban al estado de la cumbrera de la cubierta. Por otra parte está acreditado en parte que los pretendidos daños son, en realidad, elementos retirados por el anterior arrendatario, independientemente del hecho de si éste siguió ocupando la nave, siendo el demandado un mero testaferro, con el conocimiento y consentimiento del arrendador.Tampoco se estableció que los pretendidos daños se hubiesen causado en el período de vigencia del contrato de arrendamiento. De lo expuesto se deduce que la parte actora y apelante no cumplió el requisito mínimo necesario para la viabilidad de la acción ejercida, de probar la realidad ni la cuantía de los daños atribuibles al demandado. Se desestima el recurso.