Sentencia Civil Audiencia Provincial de A Coruña, Rec 0326/96 de 26 de Marzo de 1998

Los distintos motivos impugnatorios del recurso no tienen la virtualidad mínima suficiente para ser estimados, pues la sentencia acierta en la consideración y análisis comparativo de los títulos de propiedad contrapuestos por actor y demandado en defensa de sus pretendidos derechos sobre la finca litigiosa, y de los datos de identidad acerca de ella, considerando con toda justicia, como prevalece, el invocado por el actor, que además, en la práctica, tuvo plena eficacia en la realidad de las cosas porque permitió al accionante, mediante la entrega efectiva que se le hizo de ella, pasar a poseerla pública, pacifica e ininterrumpidamente en concepto de dueño para, ante cualquier posible duda acerca de las condiciones en que se le transmitió la propiedad _por venta en documento privado de fecha 8 de abril de 1961 concertada por el apoderado D. Juan representando a su dueña, que residía en Cuba_ haber de considerarse que la adquirió por prescripción, al haberse cumplido en todo caso los requisitos exigidos para ello, y frente a lo cual ya nada valdría la supuesta compra posterior ante Notario _el 29 de abril de 1975_ hecha por un nuevo apoderado de la dueña, aunque tal escritura pública hubiese tenido acceso al Registro de la Propiedad. Si a ello se añade que, como se dice en la sentencia, tal apoderado no sabia siquiera la finca que habla vendido y que el comprador no reclamó la finca hasta pasados muchos años, la debilidad de su titulación queda claramente de manifiesto y ha de ceder ante la del actor, cuya compra lejos de su mera formalidad, se consumó de manera práctica y real mediante la ocupaci6n efectiva de la finca sí adquirida y su posterior posesión en concepto de dueño, con las consecuencias ya dichas respecto a la consolidaci6n de su dominio sobre ella, frente a la que nada podía significar la inscripci6n de la siguiente compra en el Registro de la Propiedad, que no confiere el dominio por sí mismo ni convalida los actos nulos en su origen, y sólo establece ciertas presunciones favorables al titular registrado que pueden ser perfectamente rebatidas mediante prueba en contrario ,como sucedió precisamente este caso. Se desestima el recurso.